Una testimonianza de arqueología industrial
El Molino Scoppetta de Pulsano es un raro ejemplo de arqueología industrial italiana, destacando en la industria molinera de Terra d’Otranto entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. En las afueras del centro histórico, donde antes se encontraban los antiguos molinos del señor feudal local, sobrevive el Molino Scoppetta, único vestigio de los históricos establecimientos industriales para la producción de harina, pan y derivados en el lugar.
La actividad, originada como molino industrial, fue iniciada por Francesco Scoppetta (1853-1918), comerciante de productos agrícolas oriundo de Atrani, en la provincia de Salerno en 1883. Tras recibir la medalla de oro en la primera Exposición Muestrario Agrícola-Industrial celebrada en Palermo en 1905, Scoppetta decidió ampliar la producción incorporando un laboratorio de pasta mecánica, y en 1911 renovó el molino con modernas máquinas de cilindros de la empresa suiza Bühler. La nueva instalación, puntera en el contexto regional, permitía procesar hasta 80 quintales de trigo al día, tanto blando como duro, una cantidad considerable para la época.
El edificio está construido con bloques de piedra local y entrepisos de madera divididos en cuatro niveles, además de una torre para el área de limpieza, almacenes y zonas de venta al público. La fábrica, dirigida por los herederos de Francesco, permaneció en funcionamiento hasta 1970, llegando a emplear hasta 10 trabajadores. Posteriormente, fue abandonada y sufrió los consiguientes estragos del tiempo. En 2001 fue declarada monumento protegido por el Ministerio de Bienes Culturales, evitando su probable demolición. En los últimos años se ha llevado a cabo una campaña de concienciación para su preservación y puesta en valor.