Los días 7 y 8 de septiembre de cada año, los habitantes de Pulsano rinden homenaje a sus dos Santos Patronos, la Madonna dei Martiri y San Trifone, con grandes celebraciones civiles y religiosas caracterizadas por la iluminación de las luminarias en la calle principal de Costantinopoli, la presencia de la caja musical en la plaza Castello donde actúan las bandas más reconocidas de Apulia y el espectáculo de fuegos artificiales. En el primer día, el alcalde entrega a los patrones las llaves del pueblo, un gesto simbólico a través del cual se solicita su protección divina para el año venidero. Al día siguiente, tiene lugar la gran procesión de las dos imágenes acompañada por las alegres marchas de las bandas en presencia de la población y de todas las autoridades civiles y religiosas.
La devoción hacia la Madonna dei Martiri es sin duda posterior pero directamente relacionada con el asedio turco a Otranto (1480) donde falleció, entre otros, un grupo de jóvenes voluntarios pulsaneses que acudieron en defensa de la cristiandad y de las costas de Apulia liderados por Giovanni Antonio De Falconibus, hijo de Marino, señor de la Tierra de Pulsano y promotor de la construcción del castillo. El 12 de mayo de 2013, el Papa Francisco canonizó a los 813 mártires de Otranto y, desde el septiembre siguiente, en nuestra iglesia madre se conserva permanentemente una reliquia consistente en un fragmento de hueso de uno de los mártires colocado en un relicario de madera, donado por el obispo de Otranto, ciudad con la cual, entre otras cosas, Pulsano está hermanada.
El culto a San Trifone, pastor de ocas de Asia Menor martirizado durante la persecución de los cristianos por el emperador Decio (250 d.C.), se extendió en Pulsano debido a su benevolente intercesión hacia la población que estaba siendo diezmada por una epidemia a finales de 1810 y principios de 1812, la cual estaba causando cientos de muertes. En realidad, la idea de invocar a Trifone como protector surgió de un grupo significativo de personas originarias del Bajo Salento que residían en el pueblo en ese momento para llevar a cabo actividades agrícolas relacionadas con la producción de aceite, tabaco y algodón y que ya veneraban al santo en sus lugares de origen.